Información suministrada
por Sheila Rougier del Museo de Ciencias Naturales
y Arqueología Prof. Manuel Almeida - Fundación AZARA.
A veces, el universo nos deja sorpresas en los lugares más inesperados.
El meteorito, de aproximadamente 1 kilo, fue entregado para estudios a la Universidad de Concepción del Uruguay, donde el investigador Omar Gaillard tomó muestras para analizarlas. Aunque aún no hay resultados oficiales sobre su composición, el objeto ya despertó una ola de curiosidad en la comunidad.
Hoy, el ejemplar se conserva en el Museo Almeida, donde planean exhibirlo junto con actividades educativas. Para los habitantes de la región, tener un pedazo del espacio en sus tierras se ha convertido en una historia que mezcla asombro, orgullo y misterio.
Después de todo, no todos los días alguien encuentra, bajo sus pies, un visitante que llegó desde el espacio profundo. 🌠
Eso fue lo que pasó en Colonia Santa María, Entre Ríos, cuando un trabajador rural se topó con lo que hoy se cree que es un meteorito.
Corría febrero de 2012, una mañana cualquiera de campo. Eliseo Retamar, peón de la zona, estaba cavando un pozo para colocar un poste de alambrado cuando, a unos 80 centímetros de profundidad, se encontró con un objeto pesado y extraño. Su primera impresión fue que se trataba de un pedazo de fierro, pero al levantarlo notó algo inusual: su peso y aspecto no eran como los de un hierro común.
El lugar del hallazgo también escondía rarezas. Allí había un pozo con forma de cráter que se llenaba de agua cuando llovía, la tierra no dejaba crecer pasto, un árbol de mora estaba seco y caído, y un eucalipto cercano solo brotaba por la mitad, como si la otra parte hubiera sido quemada. ¿Coincidencia o efectos del impacto? La respuesta todavía está en manos de la ciencia.
El lugar del hallazgo también escondía rarezas. Allí había un pozo con forma de cráter que se llenaba de agua cuando llovía, la tierra no dejaba crecer pasto, un árbol de mora estaba seco y caído, y un eucalipto cercano solo brotaba por la mitad, como si la otra parte hubiera sido quemada. ¿Coincidencia o efectos del impacto? La respuesta todavía está en manos de la ciencia.
![]() |
A la izquierda, Tomás Almeida, guía del Museo Almeida. A la derecha, Eliseo Retamar y su esposa. |
El meteorito, de aproximadamente 1 kilo, fue entregado para estudios a la Universidad de Concepción del Uruguay, donde el investigador Omar Gaillard tomó muestras para analizarlas. Aunque aún no hay resultados oficiales sobre su composición, el objeto ya despertó una ola de curiosidad en la comunidad.
Hoy, el ejemplar se conserva en el Museo Almeida, donde planean exhibirlo junto con actividades educativas. Para los habitantes de la región, tener un pedazo del espacio en sus tierras se ha convertido en una historia que mezcla asombro, orgullo y misterio.
Después de todo, no todos los días alguien encuentra, bajo sus pies, un visitante que llegó desde el espacio profundo. 🌠
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor dejanos tu comentario que te responderemos a la brevedad.