Por Alberto V. Delfino
Una historia de proporciones y analogías
El Olimpo
La ignorancia de las formas de actuar de la naturaleza condujo a los antiguos a inventar dioses que dominaban cada uno de los aspectos de la vida humana. Había dioses del amor y de la guerra, del Sol, de la tierra y el cielo, de los ríos y los océanos, de la lluvia y de los truenos, e incluso de los terremotos y volcanes.
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Algunos de los multiples y caprichosos dioses griegos. |
Cuando los dioses estaban satisfechos, la humanidad era obsequiada con buen tiempo. Paz y ausencia de desastres naturales y enfermedades. Cuando estaban enfadados, en cambio, venían las sequías, guerras, pestes y epidemias. Como la relación entre causas y efectos en la naturaleza resultaba invisible a los ojos de los antiguos, esos dioses les parecían inescrutables y se sentían a su merced. Pero este concepto, lentamente comenzó a cambiar con las nuevas ideas de la escuela Jónica, liderada por una persona llamada Tales de Mileto (624 – 548 a.C).