Por Mariela David
Con frecuencia oímos a aficionados de la astronomía que aman observar, quejarse de la contaminación lumínica, y es que las ciudades crecen y crecen.
La pantalla LED mostrando el cielo azul en la Plaza de Tiananmen, en niveles peligrosos de contaminación del aire, el 23 de enero de 2014, en Pekín, China. (Feng Li / Getty Images) |
Pero no solo se debe a un problema de crecimiento demográfico sino también a la mala posición de las luminarias, lo cual genera ese tono anaranjado que vemos en el cielo nocturno, entre otras cuestiones que perjudican la visibilidad.