La nebulosa Helix (Helice). Pica en la imagen para ampliar. Foto: Leonardo julio. |
Como se ven?
Las nebulosas planetarias son mas pequeñas y débiles que las nebulosas de reflexión, requiriendo mayor aumento, una mayor apertura (por lo menos un telescopio de 7 de diámetro para ver las mas brillantes) y un cielo oscuro.
El siguiente video, del European Southern Observatory, es una impresión artística de la nebulosa Helix.
Las mas notables del hemisferio norte son la Dumbell y la de la Lyra (M57), y NGC 3132 del hemisferio sur. La primera tiene magnitud 8 y mide 8 por 4 minutos de arco; la de la Lyra es más débil (magnitud 9.0), pero al ser más compacta (sólo un minuto de arco) tiene mayor brillo superficial. NGC 3132 es similar a M57 en cuanto a brillo y tamaño.
De hecho la nebulosa planetaria más brillante, la de la Hélice tiene una magnitud total de 6.5 pero, al abarcar una extensión similar a la de la Luna llena, es demasiado tenue para los telescopios pequeños. Su observación requiere baja magnificación y un cielo muy oscuro. Tal vez no es casualidad que esta nebulosa, catalogada como NGC 7293, no esté dentro del catálogo de Messier.
Las nebulosas planetarias son entonces capas de gas lanzados por estrellas que están a punto de terminar su vida. Nuestro Sol probablemente producirá una nebulosa planetaria dentro de unos 5 mil millones de años.
El motivo por el cual se ven como anillos y no como círculos completos, es interesante de ver en detalle.
Por que se llaman así?
A las nebulosas planetarias se les llama así porque muchas tienen la forma de un planeta (redondas, pequeñas, muchas de un color verdoso -azulado, similar a como se ven Urano y Neptuno cuando se las observa por el telescopio).
Corresponden a una fase bien definida de la evolución estelar. En efecto, cuando una estrella como nuestro Sol agota el hidrógeno de su núcleo, éste empieza a contraerse y a calentarse mientras las capas exteriores continúan quemando hidrógeno. En un momento dado, el proceso se estabiliza al iniciarse la fusión termonuclear del helio. Para entonces, el diámetro de la estrella habrá crecido espectacularmente, se mostrara cien veces más brillante y se habrá vuelto naranja, e incluso roja. Es una gigante roja, como Arturo, en la constelación del Boyero, o Aldebarán situada en la constelación de Tauro.
La planetaria NGC 1535, en Eridano. Pica para ampliar. Foto: Sergio Eguivar. |
Al alcanzar su máxima expansión, estas estrellas se vuelven inestables. Un ejemplo de esto lo tenemos en Mira, la maravillosa, en la constelación de la Ballena, que es una estrella variable de largo periodo, que permanece invisible durante 11 meses, para al cabo de ese tiempo se muestra como una de las estrellas más brillantes de su constelación.
En esta fase, las estrellas despiden materia a un ritmo muy intenso, del orden del triple de la masa de la Tierra en un año. El resultado es que al cabo de unas decenas de millones de años, de las estrellas no quedara nada, salvo un núcleo denso (una enana blanca) y una enorme nube de gas, en expansion.
La estrella central genera un viento solar lo bastante intenso como para comprimir las capas exteriores, al tiempo que la radiación ultravioleta calienta e ilumina la envoltura formada: ha nacido una nebulosa planetaria.
Video de la formación de la planetaria Fleming 1, con su extraña estructura.
Una nebulosa antigua puede adquirir tal proporción que resulte difícil distinguiría sobre el fondo del firmamento. Un buen ejemplo de esto nos lo proporciona Hélix (NGC 7293). Se trata de la nebulosa planetaria más cercana a la Tierra. Situada apenas a 500 años luz, abarca una región del cielo que es casi la mitad del diámetro angular de la Luna llena.
Solo el 20 % de las planetarias tienen formas circulares. Depende de su origen. A veces la estrella tiene varias emisiones de gas o lo hace de una manera asimétrica, tal vez por estar en un sistema doble. Las hay bipolares. helicoidales, etc. Pueden ser tan extrañas como Fleming 1, tal como se ve en el anterior video.
NGC 6302. Una planetaria bi-polar. Pica para ampliar. Foto Leonardo Julio. |
Su duración como objeto visible no supera los cien mil años. Se conocen una 3000, lo que marca que son pocas y un periodo corto en la vida de las estrellas. Se calcula que en toda la Via Lactea seran unas 10 mil.
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