Durante mucho tiempo, hasta el siglo XIX, se pensaba que nunca se iba a poder conocer la composición química de los astros.
En esa época comenzaron los primeros experimentos para descomponer la luz de un manera mas técnica, y se dieron cuenta que analizando la luz que atravesaba un prisma (y mas recientemente redes de difracción), se podía obtener mucha información del objeto emisor de luz. Por ejemplo, podía saberse su composición química, su velocidad de alejamiento o acercamiento (efecto Doppler), densidad, campo magnético, campo eléctrico, etc.